«En la cuna del hambre , mi niño estaba…» (Miguel Hernández)
El peculiar santoral de las Naciones Unidas, designa al 20 de noviembre como el Día Universal del Niño. En esa fecha de 1959, se aprueba la Declaración de sus Derechos. Una declaración que, como los mandamientos, tiene 10 artículos. Pero, una declaración al fin y al cabo. Nada más. De ahí a su cumplimiento, a la realidad, va un trecho insalvable, desolador y desesperante. Porque el abecedario de los niños es un escalofrío de guarismos que, por su magnitud, parece no significar ya nada. Una lista sangrante de cifras con muchos ceros, como ojos que nos miran…
Las páginas del diario infantil se suceden ante nuestra impasibilidad. Así, por ejemplo, si leemos que en nuestra provincia, en nuestra ciudad, ha muerto un niño de hambre… ¿Nos desgarraría un poco la conciencia? ¿Se nos atragantaría el café que estuviéramos tomando?…
Pero, si nos desayunamos con la noticia de que, cada día, en el planeta, mueren más de 25.000 niños de hambre…y otros miles más por diversas causas evitables…
Vamos a internet: 4 millones de niños no llegan a su primer mes de vida…Más de 1.000 millones están en medio de guerras y otros conflictos armados… 300.000 niños reclutados como soldados y, sólo en África, combaten más de 120.000, de entre 10 y 15 años…
Más. En los últimos 5 años, 300 millones de niños han sido desplazados de su tierra o son refugiados…70 millones de niñas han sufrido mutilación genital… 64 millones casadas (vendidas diría yo) antes de los 18 años…
Y más: 350 millones de niñas y niños, entre los 5 y los 14 años, son explotados laboralmente…50 millones (y quién lo sabe) no tienen registrado su nacimiento…100 millones viven en la calle…y cuántos millones sufren el abuso y la violencia en su mismo hogar…
¿Todavía seguimos tomando el café? ¿Hemos perdido la cuenta y ya nos da igual un millón menos, un millón más?…O pasamos de página para no ver la aritmética de los cachorros de la llamada humanidad…
La aritmética de millones de niños en cuyo diccionario sólo vienen palabras como: pobreza, guerra, enfermedad, desprotección, abandono, orfandad, violencia, filicidio, maltrato, prostitución, rapto, miseria, abuso, dolor, horror…¿Palabras?…Vergüenza.
Cifras y niños sobre el claroscuro del lejano submundo… ¿Lejano?
Más cerca de lo que pensamos. En España, 2 millones de niños viven en el umbral de la pobreza relativa… , escucho por la radio. Y ¿qué es la pobreza relativa?
¿Y la absoluta?… ¡Qué poco me gustan los números!
No sigo. Pido perdón porque podría haberles ahorrado la cruda aridez de toda esta macabra lotería. Y pido perdón a los millones de ojos que siguen esperando respuestas a las preguntas de sus pupilas. Si es que todavía no se han quedado ciegos para siempre.
¿Saben qué Día Internacional, Mundial o Universal, nos toca mañana?
Foto y texto: Manuel Belda
Si cada día mueren 25.000 niños de hambre muere un niño cada 3 segundos,
Uno, dos, tres.
Aunque mi comentario es un poco frio y parece no preocuparme, me quedo con una de tus frases:
… en las niñas de los ojos de los niños
anidan las estrellas…
Silvia Núñez.
Ante la dureza del artículo quiero quedarme con el mensaje transversal del autor: todo en este mundo evoluciona, y si nos lo proponemos, para bien. Para demostrar lo anterior reto al autor a que nos cuelgue, sin retocar, en este blog un artículo suyo de hace unos años. Yo no leía nada suyo hace 20 año porque no le conocía pero supongo que ya lo haría estupendamente bien, pero no como ahora. Ya que nos has dejado hechos polvo con esas cifras recompensanos demostrando que todo se puede cambiar para mejor.
Yolanda
Muy duro, pero muy real. Muy injusto pero recordarlo a todos neesario para poder abrirnos los ojos y la mente a echar una mano a que este despropósito y otros no sigan adelante.
Un abrazo. Felicidades por la pluma que mueves en los dedos del teclado.
Recuerdos a todos amigos.
Se deberá tal vez a alguna extraña ley universal? que cuanto más avanza el mundo en lo tecnológico, más retrocede como humanidad?, quiero guardar la esperanza de que no es así. Un abrazo, amigo.
Ya lo dijo Gandhi: «Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena.»….? y posiblemente, tras unos segundos de reflexión, le daremos otro sorbito al café.
Saludos, Mar
La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices. (Albert Einstein)
El círculo se abre.
Escoger entre la calidad gráfica o literaria de Manuel Belda, me resulta difícil. Y si le pone la guinda de un verso, como nada más suena en «Nanas de la cebolla», bajos los ojos de una preciosa infanta, a uno se le vuelven números financieros especulativos cuantas cantidades nos recuerda el autor. Sobre esas muertes infantiles que cita, las potencias y poderosos estudian cómo hacerse más ricos y temidos cada día; una vez conquistada la luna, son capaces de controlar el sol y vender, a un módico precio millonario, esos rayos de luz tan necesarios, precisamente, para los más débiles. Esperanza, era una niña.
Amigo Manolo: He leído detenidamente tu desgarrador artículo sobre los niños que sufren y mueren por la desidia de todos. Los números son escalofriantes y aunque con frecuencia , contemplamos fríamente los datos por TV, la exposición a través de tu pluma, nos hace reflexionar, aún sin pretenderlo, en la parte de responsabilidad que nos atañe a cada uno, de tan cruda y tan dolorosa realidad.
Gracias por hacernos pensar. Ánimo sigue en tu línea y estimúlanos con tus cuidados y creativos artículos. Un abrazo