Carta a Trasto

“A Trasto, que se volvió blanco de escarcha, la negra noche de su marcha…”

Querido Trasto:

Sólo tú sabes cuántas veces me he puesto a escribirte. A escribirte una carta a mano, con tinta color corazón y papel perfumado de recuerdos y sentimientos… Una carta de las que ya nadie escribe. Una carta de las de antes… Certificada para que no se pierda. En un sobre ribeteado de rojo y azul, vía Air Mail, para que llegue más pronto… Con muchos sellos.

Tú sabes que no he sido capaz de apartarte de mi recuerdo en estos trescientos sesenta y cinco días de ausencia… Y tenía que escribirte.

El mundo puede pensar y decir lo que quiera. Decir que qué hago escribiéndole a un perro. Que a qué dirección voy a enviarte la carta… Y que, en el improbable ¿improbable? caso de que la recibieras, no valdría para nada, porque los perros no saben leer…

¡Qué sabe nadie!

Me he tragado montones de lágrimas, y en mi garganta se han hecho mil nudos, cada vez que abría las carpetas con los archivos de tus fotos…

Y en cada foto, tu imagen de bondad. Tus ojos ámbar y miel. La caricia serena de tu cara. El resplandor azabache de tu pelo… La inconmensurable añoranza de tu compañía, el brillo amoroso de tu mirada, la paz inmensa de tu cercanía… y tu lengua de seda y nostalgia lamiéndome.. mi Trastín, mi saquito de carbón dulce, mi conguito grande de chocolate, mi rey mago negro, mi osito de peluche, mi perro de charol…

Siempre juntos… Hasta aquella noche, hace un año, cuando, las puertas abiertas, os salisteis los dos a cantar villancicos, a jugar con los niños… Que era, igual que ahora, Navidad.

Una noche y una madrugada, negras y heladas, como mi angustia y esa búsqueda en vano por veredas y caminos… Hasta que se fueron las estrellas por la mañana.

A King, el pastorín, lo habían recogido. Pero tú no estabas con él… Y volví a recorrer todos los recodos… en todas las direcciones… Pregunté… Subí al teso, busqué por la orilla del río, miré entre las escobas y las retamas…Grité, te llamé…

Los brillos de escarcha, que te abrigaron esa noche, ya habían desaparecido cuando te encontraron en la cuneta…

Si. Al final, Trasto, vamos a terminar llorando todos. Pero los perros no lloran… No lloramos…

King está enorme… te manda mordisquillos… Él se encarga ahora de seguir haciendo hoyos y más hoyos en el jardín… Y de ladrarle a los caballos y a las vacas de la huerta… Y de correr tras las palomas… y los pájaros… De los gatos ni te cuento…

Bueno, Trasto, mi perro bueno… cuídate, no te mojes, métete en la caseta, no comas mucho…

Y espérame en tu cielo. Que en ése si creo.

Fotos y texto: Manuel Belda

12 comentarios en “Carta a Trasto

  1. Una carta muy bonita, yo estoy segura de que la recibirá, de una forma o de otra, pero la recibirá, y allí donde esté seguro que él también se acuerda de tí.
    Aquel que no entienda el porque de escribirle a Trasto es porque realmente no sabe el cariño y la compañía que DE VERDAD te da un amigo así.
    Feliz Navidad Manolo, un beso.

  2. Manolo, por favor escribe una posdata en tu carta

    Pd.- Trasto, dile a mi querido perro Lío, «nos dejó 2 meses después que tú», que ésta casa no volverá a ser como antes sin su presencia, sin su olor, sin su compañía, sin su amor incondicional, que nosotros cuatro jamás le olvidaremos, y que lo fue todo para nosotros. Que esos 16 años a su lado jamás se borrarán.

    Manolo, por supuesto que me has hecho llorar y mucho. Ah! por cierto Lío si sabe leer…

    Un beso enorme

    • Que carta tan bonita supuestamente yo estaba llorando x mi perro k tanto amen y k amo y seguire amando, pero yo se k el esta bn donde esta y se k el tuyo esta orgulloso de ti

      • Muchas gracias. Este año serán ya cinco los que hayan pasado. King, el compañero cachorro de aquella noche, sigue conmigo. Pero ni he podido ni podré nunca olvidar a Trasto…
        Y cada vez que releo su carta, siempre todavía, se me llenan los ojos de lágrimas…

  3. Si hay algo en lo que coincidimos, aparte de muchas otras cosas, es el amor que sentimos por los perros y la relación de cariño, amistad, hermandad que establecemos con ellos. Ni que decirte que he llorado mucho, hace mas o menos un mes se fue una de «mis chicas», seguramente estará jugando con Trasto por allá arriba. Y yo también estoy segura que en algunos de esos cielos los volveremos a encontrar. Tanto amor no puede desvanecerse. La magia de tus palabras como siempre me conmueve, hoy más que nunca. Te quiero mucho amigo, un abrazo.

  4. ¡Cómo te envidio! Trasto, a pesar de no encontrarte entre nosotros , físicamente claro está, no así en el corazón de Manolo, eres tan afortunado de ser tan inmensamente amado como seguramente muy pocos seres lo llegaran a estar en su vida, y así queda reflejado en este lamento de añoranza que nos toca nuestra fibra más sensible.
    Un abrazo, Mar.

  5. También a mí me hizo llorar tu adiós; aún te tengo con el gorro de Papá Noel. Hace un año… un año ya! y de nuevo hoy, vuelven las lágrimas al recordarte. Qué bueno eras!
    Si pudiera, volvería a darte un hueso de golosina, esos que se supone, deberían durar horas y tú en un abrir y cerrar de boca…
    Qué bueno eras!
    Quizás también a mí, me gustaría creer en el cielo de los perros. Quizás crea.

  6. Quien no se acuerda de ese grandullón, que te recibía en la puerta de casa, esperando paciente, una simple caricia aunque no te hubiera visto jamas.
    Sigue escribiendo esas palabras. que yo no se si a el le llegaran, pero a los demás nos han llegado seguro.

    Un abrazo Manolo

  7. ¡Hola Manolo!
    Leí la carta a Trasto y aunque no lo conocí, por lo que le dices, se ve que lo quisite o, lo quieres mucho.
    Me gustó mucho la carta, quizás la relea.
    Disfruta,

  8. Preciosa entrada que me ha emocionado muchísimo. He tenido una preciosa perra y conozco el dolor de la separación.
    Enhorabuena por tu blog. Vengo de IloveIu, vengo por sugerencia del blog «Multiverso Incognoscible» y ha merecido la pena.
    Un abrazo

  9. El sentimiento de ellos, nuestros perros, es tan puro sin tacha alguna que tus palabras me hacen estremecer. A estas alturas de mi vida mi Gada, mi niño chico, es parte esencial en mi vida, mi motor para seguir adelante.

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