LA PALABRA
No. No la digas.
Que se duerma en la cuna de tus labios.
No la descubras…
La has esperado tanto
que, al alumbrar de la rosa
el milagro,
te da miedo que el viento pueda hurtarte
el color ondulado de su abrazo.
No la digas todavía.
Que prefiero el murmullo de tus manos,
el idioma de la luz,
tu laberinto de pétalos.
Aún no la digas…
que la pronuncian tus ojos,
y, al mirarnos,
el silencio podría darse cuenta,
aunque tu la gritaras…
muy despacio.
(De «Versos imposibles», 1990)
Foto y texto: Manuel Belda
Bonitas palabras para el día de hoy.
bonita foto y mejores palabr…. no la digas.
Gracias por otra delicia y Sí se te ve enamorado por lo menos de La Belleza. Nosotros también te queremos. un beso.
Guau! no dejás de maravillarme, porque realmente no me sorprende esto de vos. La magia y la sensibilidad se te escapan por los poros, dejalas fluir, y gracias por permitirnos compartirlas. Un abrazo!
Manuel, con la sabiduría que le otorga ya cierta edad, nos sigue dosificando su sabiduría y paciencia a base de versos; añado, versos e imagen que se complementan perfectamente. A veces tengo la sensación (tras una primera lectura de su poesía, y relectura posterior para que me siente y se asiente mejor en mi) de ver en Manuel Belda a un curioso minero. Tiene el valor de bajar al fondo de su corazón, y encender allí un candil; de su caja de herramientas -en ese instante un atractivo plumier- saca un cincel que tiene el aspecto de una pluma estilográfica, y a modo de martillo, cuyo mango y forma lo dan sus sentimientos, golpe a golpe, con ese sonido característico según suele sonar nada más el alma, Manuel obtiene diamantes poéticos como el que nos acaba de regalar titulado: La Palabra. Luego, sube a la superficie, a la luz donde la naturaleza es reina, y se funde con ella dejándonos leer su excelente poesía. En ese instante, cuando el lector se complace de algo tan hermoso, el autor -una vez más- hace mutis por el foro. Esperanza también en nombre de mujer, y en su abrazo se refugia el lector hasta una próxima entrega. Enhorabuena.
Que no se duerma tu imaginación, para seguir deleitándonos con éstos versos. Un placer Manolo.
Un beso
A ver si para el día del padre… o, no sé, cualquier otro día…
no estaría mal poder leerte algo, de nuevo… o de viejo, que sé que hay mucho por ahí.
Sigues en tu línea.
Disfruta,