«Para que surja lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible.» (Herman Hesse)
Aclaro: Mucho ha llovido desde que empecé a articular un texto para esta imagen. Lo he redactado no se cuántas veces. Miraba a la golondrina y me preguntaba qué decía. Me preguntaba si era un grito, un chillido, una exclamación, una interjección, una llamada, un mitin, un sermón, una protesta, un clamor…
El primer título que le puse fue «¡Vamos!»… Luego, cuando el terremoto catastrófico de Japón (¿se nos ha olvidado ya?), pensé encabezarlo con «Nucleares, no»… Vinieron los movimientos y manifestaciones del norte de África y lo de Túnez, Egipto, Siria.. y opté por «El grito del mundo»… Demasiado pomposo… No acabé de oirlo bien…. Entonces llegó la resolución, que no la solución, de la ONU sobre Gadafi y Libia. Ya lo tenía: «No a la guerra»…
Nada. Ni título ni texto. Y la apatía. Y la resignación. Y de nuevo, por enésima vez, volvía a encerrar a la golondrina en la jaula del borrador. Y una y otra vez lo reescribía todo… Y lo borraba…Hasta pensé clausurar el tragaluz… Cambié la apariencia de la página y pareció que ya lo tenía… Y casi otro mes que se ha engullido el calendario… Y casi que, como me descuide… (¿todavía más?) se pasa la primavera, llega el verano, se marchan las golondrinas y yo no salgo de este atasco, de esta crisis… (¿he dicho crisis?…)
¿Por qué no escribes?, te chillaba la golondrina…¡Vamos! Espabila, despierta, muévete, reacciona, escribe… Levántate del sillón del ensimismamiento, deja el nido de las musarañas, vete de Babia para siempre.
Olvida las golondrinas oscuras de Bécquer y las de los vuelos lejanos que cantaba Joselito…
No te importe el ruido de la gente. Que las nubes no te nublen. Que el desánimo no te quiebre porque no puedes cambiar el mundo. Empieza por tí. Primero por tí…, te decías y te dices.
Echa a andar: los caminos son sólo caminos… Que los cantos de sirena no se enreden en tus pies. Coge el barco y regresa a Ítaca. A tu Ítaca, pues no hay otra.
Vuelve a Ítaca. Como vuelven las golondrinas a tu balcón, todas las primaveras, con su mensaje transparente… Abrázate al milagro del compromiso de cada flor. De cada día. De cada vida. Empápate con el agua de mayo. Mójate.
No permitas que a fuerza de repetir conceptos como injusticia mundial, crisis global, o dictadura del dinero… terminen por no significar nada. Frente a la desfachatez, la manipulación, la mentira, la corrupción… no hay excusas, ni tiempo que perder… Hay que elegir.
En medio de esas reflexiones utópicas (¿o no?), en España (si, en España) han empezado a abrirse las puertas del sol y están entrando aires nuevos de esperanza… Este mayo de 2011 promete durar más de 31 días.
¿Qué grita, qué clama la golondrina? ¿A quién?
No le des más vueltas. No le pidas a la golondrina que diga que otro mundo es posible… cuando lo que realmente te está diciendo es que otro tu es posible…
Pero, ¡ya!
(Perdonad el retraso. No hay disculpas. Acepto las críticas)
Fotos y texto (o lo que sea): Manuel Belda
Nunca es tarde si la dicha es buena. Hay cosas que requieren el tiempo necesario para que fluyan y no deberíamos forzar si queremos recibir a cambio calidad. A fin de cuentas a nosotros solo nos toca esperar, lo difícil lo pones tu. Un saludo, Mar.
Estaba pidiendo a gritos un escrito tuyo, sigue siendo un placer leerte, además de ver las fotos tan vivas que pones. Grita, o susurra, pero no dejes nunca de escribir esas cosas tan profundas que dices.
Un abrazo
He dejado pasar unos días, a propósito. Me alegra leer dos comentarios previos, ambos de mujer, que es como decir de poesía. Ellas, porque son bellas, tienen varios sentidos más que nosotros; e intuyen, coligen, mucho mejor que el varón, cualquier sensación o sentido poético sea cual sea su visión práctica y dinámica de la vida. De ahí, digo yo, que la inspiración sea genéricamente femenina; y como tal, cauta, coqueta, decidida y temeraria. Manuel Belda, una vez más, se entrega verso a verso, o prosa, a cuenta gotas, precisamente cuando siente presente esa musa. Sus admiradoras, ellas, o sus admiradores, nosotros, nos quejamos con obligada razón. En esta última entrega, la fotografía firmada por Manolo Belda –creo- supera de nuevo su texto. Protagoniza el evento una especie de ave fiel a su cuna bajo el alero, a su pareja, a sus crías, que muy difícilmente puede superar cualquier mamífero. Y ante tanta belleza a cualquier juglar le debe resultar, harto difícil, hilvanar versos o prosa de acento poético; de ahí el tiempo que ha tardado Manuel en decidirse. Conviene reconocer la bondad y excelencia de su calidad literaria, precisamente, en el retraso con que se prodiga. Tal vez, intuyo, si su verso fuera periódico, exacto, su sentir poético no tendría la misma particularidad. Y si este detalle a él beneficia, mientras que a nosotros nos deja en expectativas; no queda más que al final reconfortarse o conformarse. Entre verso y verso, un rezo: Manuel, no te olvides de nosotros. Felicidades.
Te superas con el tiempo, gupino, que eres un guapino. Gracias por escribir y poner cosas tannnn bonitas siempre. Te considero un pelín hermano de alma.
Sigue escribiendo! 😉